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DIA 7 | ESPECIAL CUARENTENA
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Siguiendo con este INFORME ESPECIAL para leer en cuarentena, queremos presentarles la historia del barrio Casandra, uno de los sectores más deprimidos de la Localidad, pero que con el esfuerzo y empuje de sus residentes le van cambiando la cara de la mano del liderazgo de una mujer
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Ubicado en la parte sur occidental de la Localidad Fontibón y en un lugar que siempre ha sido considerado de mayor precariedad social, se encuentra el barrio Casandra, que pese a las circunstancias ha logrado salir adelante en sus cerca de 500 predios.
Y precisamente de la mano de Azucena Parra Soler, una bogotana, licenciada en educación con maestría en Comunicación y Educación, madre de 3 hijos y quien se ganó además a puro pulso su cargo de docente en la Secretaría de Educación del Distrito.
Y es que esa experiencia y autoridad que le dio la vida para sacar adelante a sus hijos, la implementó con su comunidad para avanzar en el mejoramiento del barrio.
Cuenta Azucena, que lleva cuatro periodos como dignataria comunal, comenzando como Secretaria de la Junta de Acción Comunal, pasando en otro periodo a la Tesorería y luego a la Presidencia. Inclusive, dice que hizo una pausa para realizar su maestría.
Azucena, llegó al Barrio Casandra, cuando las calles estaban sin pavimentar, no había servicios públicos y la falta de agua, les obligaba a salir a buscar el preciado líquido en un tubo que pasaba por la calle 13 y de donde se desprendieron algunas “pilas”, donde se surtían los pocos habitantes.
La Junta de Acción Comunal que estaba organizada por ese tiempo, luchaba por conseguir los servicios públicos que las empresas no les instalaban por no estar legalizados.
Pero ella llega como secretaría de la Junta a impulsar y gestionar diferentes acciones, hasta que bajo la Resolución 033 de 1991 les otorgan la legalización del barrio, lo cual les empezó a mejorar las condiciones de vida.
En el periodo siguiente y ya como presidenta, empezó a gestionar la pavimentación de las dos primeras carreras, entre ellas la principal del barrio.
Para quienes no conocen el barrio, este limita por el norte con la calle 13 o salida de Bogotá y por el sur con el Río Fucha.
Y precisamente, allí en ese borde se presentaban varios inconvenientes, debido a que algunos recuperadores del municipio de Mosquera, se pasaban el río a quemar cables para sacarles el cobre y en algunos casos a delinquir.
Pero eso no fue obstáculo para Azucena, ya que logró gestionar la instalación de una reja limitante que de alguna manera les solucionó esos problemas de vecindad tan delicados.
Con el pasar de los años y la gestión, se empezaron a ver una que otra calle pavimentada y los servicios públicos funcionando, salvo en una zona, que fue declarada ronda de río y donde a las empresas no les es permitido instalarlos.
En la actualidad, este barrio tiene instalado un pozo séptico que recoge las aguas residuales de los predios que aún no eran reconocidos, pero que al parecer según nos cuenta Azucena, se va a resolver, ya que la CAR decidió modificar los metros de la ronda del río y ya van a contar con todos los servicios públicos.
Dice Azucena que la Empresa de Acueducto, ya les fue a ofrecer la instalación del agua potable, pero que la comunidad se resistió a recibirla, hasta tanto no les instalen la red de alcantarillado.
FALTA PAVIMENTO
Según Azucena, este barrio puede llegar a ser el que más vías por pavimentar tiene en Fontibón, tarea que espera las nuevas administraciones ayuden a resolver. A hoy están sin pavimentar unas 13 calles.
DE LA POBREZA AL DESARROLLO
Este barrio, que se veía como uno de los más precarios en todas las materias, empezó a mejorar con la instalación de comercio, bodegas e industria y la implementación de nuevos negocios como el hospedaje.
Aprovechando la cercanía con la sede de la Policía Vial, varios vecinos, encontraron una opción de negocio y adecuaron las viviendas para el alojamiento de los policías que se capacitan en periodos de 15 a 30 días.
Inclusive, ya hay 4 hoteles que funciona en el sector y que permite el ingreso y la empleabilidad de algunos vecinos y definitivamente le cambiará la cara al sector.
A MEJORAR LA SEGURIDAD
Dice la líder, que pese a la constante presencia de los policías, en la actualidad, se requiere la pronta intervención de las autoridades, ya que según le cuenta la comunidad, en algunas veces, se presentan atracos y robos y los delincuentes se saltan un muro y pasan hacia Mosquera.
SIN SALON COMUNAL
Este barrio no tiene salón comunal para reunir a la comunidad. Dice que la persona que hizo el loteo, está pidiendo 10 millones de pesos, ya que según él las escrituras de dos lotes destinados para ello, quedaron a su nombre y una vez le den ese dinero, procederá entregarlo a los habitantes del barrio. Estos lotes, están ubicados cerca al pozo séptico, otro problema que deben resolver pronto.
LES QUITARON LAS RUTAS DE BUSES
Dice Azucena, que a este barrio, le quitaron varias rutas que los llevaban a distintos puntos de la ciudad y que ese es uno de los principales problemas que adolecen ya que la mayoría de gente, debe desplazarse a ganarse el sustento diario, especialmente al norte de la ciudad.
De otro lado, añade, los habitantes deben desplazarse caminando a buscar un alimentador que los lleve hasta el portal del Dorado, pero que el servicio es ineficiente y que más se acrecienta cuando se presentan los paros que se han vivido en los últimos meses.
Finalmente, dice Azucena que en su barrio quedan muchas cosas por mejorar, pero hace un llamado a las personas que les guste ayudar a los demás a través de la acción comunal, para que se cierren filas con el propósito de que se mejoren las condiciones de vida, esas que hacen años parecían imposibles pero que hoy se ve con nueva cara.